El Concilio Vaticano II recomienda recurrir a los Padres de la Iglesia para ilustrar el misterio de la salvación y San Agustín es el autor más citado en sus documentos. En esta aproximación a su teología de la salvación se destacan los títulos de "Médico" y "Liberador"que resumen, de forma máas precisa y sugerente, lo que representa la persona del Salvador para el obispo de Hipona.